Se acercan las Fiestas Patrias y no hay mejor momento pa’ sacar pecho, panza y bandera. ¡Orgullo bicolor, sazón nacional y puro corazón!
Como cada año, el “bobo” late un poquito más fuerte cuando vemos la rojiblanca ondear al viento. No es sólo orgullo; es hambre también, porque estas fechas despiertan el antojo criollo que llevamos dentro.
¡Ceviche pa’ los valientes, ají de gallina pa’ los nostálgicos, parihuela pa’ los resfriados y tacu tacu pa’ los campeones del reciclaje culinario! ¡Pollito a la brasa que te abraza el alma, causa que causa sensación y pachamanca que sabe a tradición!
Este 28 y 29 de julio, el deber no está en el protocolo: está en la jarana, en la risa compartida, en el brindis por lo nuestro.
Aunque el panorama político nos tenga “azabaches”, no olvidemos que somos un pueblo que se levanta con humor, con solidaridad, con ganas de seguir celebrando incluso en los días más turbios. ¡Porque en Perú, comer bien, reír mucho y dormir mejor también es patriotismo!
Así que, desempolva la bandera —esa que guardaste desde el Mundial de Rusia— y déjate llevar por el espíritu festivo, porque en Perú, la alegría es resistencia.
¡Celebremos que el feriado está barato y la alegría está al por mayor! Y si nos queda un feriado para dormir la siesta con barriga llena y corazón contento… ¡mejor aún!
¡Felices Fiestas Patrias!