Todavía no me acostumbro a la idea de quererte y ya tengo miedo de dejar de verte. Dónde quedó el día que te ignoraba; dónde, el día que te conocí sin conocerte, para volver a él y protegerme. ¡Qué fue de mis proyectos, mis planes! Los disipaste como perfumes baratos. Cuándo instauraste en mí estos sueños impensados.
¡Qué fuerza! ¡Qué voluntad me hace falta para beber este sentimiento dulce, amargo, inesperado!
Buenos Aires, abril del 79
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